martes, 5 de mayo de 2009

El señor de 175 Almirante Montt

Hoy día me senté en la calle Beethoven, la cual me daba visión de la puerta. Meditaba sobre la puerta y cuáles intervenciones se puede realizar allí cuando salió un hombre mayor de la puerta; era un viejo alto pero encorvado en un traje y zapatos grandes de color café, pelo blanco y un andar añoso, pausado. Yo creo que fue él el hombre que vi hace muchas semanas pintando la puerta con tanta paciencia; es de la misma onda que la puerta. No pude resistir: seguí el hombre. Pero calculé mal lo rápido (lento) que estaba caminando- yo, andando lo más lento que podía, lo adelanté dentro de 20 segundos. También, por no saber qué decir ni cómo explicarme, dejé pasar la oportunidad de hablar con el dueño (o tal vez papá del dueño/a) de la puerta- aunque de veras yo no tenga ni idea qué podría decir sin que me parecza loquita...

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